Os presento al anillo que no sabía que iba a ser anillo. Aunque en realidad él si que lo sabia, la que no lo vi claro fui yo... Me explico.
Lo hice sin querer. Con una sobra de murrina preparada para los anillos y pendientes de trencadís que os publico mas abajo. Me dio pena usarla como relleno porque quedaba bonito así por si mismo. Lo cocí, lo barnicé y voilá... El lo tenía claro. ¿Quién era yo para impedirle llegar a ser este maravilloso anillo?
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